La suavidad que acompañó la dura habitación de mis dolores, alberga los colores y designios de aquellos que pretenden cambiar el mundo en un cuarto de segundo. Con un papel, lápiz y pocos años a cuestas, comencé a sentir los primeros latidos del corazón. Algo que luego entre desvelos y misterios, se fue convirtiendo en mi gran secreto. Tan así de inmenso que hoy por fin deseo compartirlo. Pero todo este sueño me produce pánico. De todas formas, ahí va…
domingo, 17 de abril de 2011
Transformación
Es hermosa, aunque yo creo que no lo sabe. Siempre sube en las mañanas, una estación después que yo. Conscientemente la espero, no puedo ni quiero mentirles. Se sienta y empieza con su cambio: algo de base, cremas, pinturas, un poco de sombra y lápiz de ojos. Hay días en que no la encuentro, puede que se me haya perdido entre tanta gente o debe ir en otro tren. Pero hoy la vi, y es hermosa.
Sigue con sus pestañas, y luego de diez estaciones termina cambiando el suave color de sus labios. Es hermosa y no lo sabe.
Pero yo lo sé, porque la veo cada día antes de su transformación.
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